viernes, 11 de marzo de 2011

TESTIMONIO DE VIDA ANTE DESASTRE NATURAL EN JAPÓN

Tras el sismo de 8.9 grados en la costa nororiental de Japón, el científico español residente en Sendai, Juan Manuel García Ruiz relató su testimonio al diario el País, "Cuando llegué abajo la tierra seguía temblando. Me fui hacia un claro con muro al que me agarré. Traté de alejarme del muro para sentirlo mejor, para sentirlo más. Pero no me supe mantener en pie, tuve miedo y volví al muro. Y la tierra seguía temblando." Dijo con gran angustia y miedo por una replica de esta magnitud.

En el mismo lugar del desastre natural la gente desesperada corre de un lado a otro y entre ellos estaba Lara, quien llevaba tres años casada con un joven japonés y en todo este tiempo "no había visto algo igual". "Parecía que la cama iba a salir volando. Hoy me ha dado mucho miedo", confiesa, al tiempo que describe cómo ha quedado su habitación cubierta de libros de las estanterías y otros enseres.
 
Se le ve inquieta en la pantalla del computador, sus manos no dejan de moverse hacia su cabeza y sus ojos rojos no tienen más lágrimas. "El móvil funciona solo a cachos, y todavía no he podido dar con mi marido. Hasta que no llegue a casa no estaré tranquila del todo", reconoce, Lara  aunque por la otra parte, la española, ya ha conseguido calmar a su familia en Madrid.

Con lágrimas de desesperación y angustia el jesuita español Manuel Silgo, que llevaba 48 años en el país asiático, afirmó que el movimiento de la tierra le ha asustado "frente a la pantalla del ordenador". "Todo vibraba, los cristales, el suelo, el techo...", comenta este extremeño desde la casa donde convive con otra treintena de religiosos. "El edificio aguantó bien, es fuerte. No ha habido heridos ni en la casa ni en los alrededores. Estamos todos bien. Al principio un poco nerviosos, pero ahora ya más tranquilos", ha afirmado, si bien en medio de su estado de shock también comenta que salió a la calle y se asustó al comprobar que "seguía temblando todo" durante un rato que se hizo eterno.
Ante tal desastre la gente no deja de expresar su vivencia ante los medios de comunicación.  Hiro, comercial de profesión y 37 años de edad, dice estar acostumbrado a los terremotos, pero asegura que el de hoy ha sido "el más grande" de su vida. "Nunca sentí peligro con ellos, pero hoy he salido de casa con la libreta del banco por lo que pudiera pasar", concluye.

Por otro lado, Héctor García es un español que reside en el arhipiélago japonés, concretamente en la capital, Tokio. "Por primera vez en mi vida, por un instante pensé que la palmaba, pensé que era el final. Que la palmábamos todos en Tokio", comenta. En su blog, García cuenta que los víveres en los supermercados ya se han agotado: "Solo queda agua y salsas", cuenta también en su cuenta de Twitter, considerada por el como uno de los medios para contarnos su asombro por la fuerza natural.



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